Es una lesión articular caracterizada por daño a los ligamentos que le dan estabilidad a la articulación, sin llegar a la luxación. Esta causada por un estiramiento brusco de los ligamentos debido a un movimiento forzado de la articulación, por ejemplo una rotación del cuerpo sobre la rodilla, una caída, etc. Se pueden producir en los ligamentos laterales (interno o externo) o en los cruzados (anterior o posterior)
En ocasiones cuando se produce un esguince de rodilla es posible encontrarnos también con lesiones en los meniscos.
Los síntomas más frecuentes en el esguince de rodilla son:
Dolor en la rodilla
Inflamación, enrojecimiento, calor, o aparición de hematomas alrededor de la rodilla
Rango disminuido de movimiento en la rodilla
Incapacidad para estar de pie sobre la pierna afectada
Sensibilidad donde el ligamento lesionado se sujeta a un hueso en la rodilla
Inflamación dentro de la rodilla
El tratamiento dependerá si está en fase aguda o fase crónica:
En la fase aguda simplemente realizaremos crioterapia (durante 10 minutos cada 4-6 horas), podremos realizar un emplasto de arcilla para la inflamación, otra opción buena también puede ser un vendaje para estabilizar la rodilla y por supuesto en esta fase está indicado el reposo.
En la fase crónica podemos aplicar moxa sobre la zona de dolor, realizaremos masaje integral de la pierna centrándonos en la zona afectada, podemos comenzar a realizar estiramientos sobre los músculos : recto interno, semimembranoso, poplíteo, sartorio y cuádriceps. Tambien podremos utilizar el martillo de 7 puntas sobre los ligamentos laterales si están afectados o sobre los “agujeros de la rodilla” si son los ligamentos cruzados. En caso de que el esguince sea sobre los ligamentos laterales podemos realizar un vendaje neuromuscular para los ligamentos.