Hay deportes en los que esta patología es muy común, como el Judo, futbol americano, hockey, rugby, esquí y balonmano. En deportes que implican movimientos repetidos del brazo (natación, tenis o pádel) el húmero puede desplazarse y volver espontáneamente a su posición natural.
La lesión consiste en la salida de la cabeza del húmero de su ubicación habitual que es la cavidad glenoidea dentro de la cápsula articular (luxación escápulo – humeral). Cuando este desplazamiento es parcial, es decir, no se sale en su totalidad de la cápsula articular, hablamos de una subluxación.
Se puede producir por tres formas distintas:
1. Directa
Es poco habitual, al producirse a consecuencia de un traumatismo directo sobre la cara posterior de la articulación, impulsando así la cabeza del húmero contra la cara anterior de la cápsula articular, produciendo desgarro y posteriormente, descoaptación de la articulación. Esta lesión suele aparece en el deporte, en los choques o placajes de jugadores de futbol americano, balonmano, rugby, contra otro jugador o contra el suelo.
2. Indirecta
Es la causa más frecuente. La luxación se produce, estando el brazo en abducción y, sobre todo en rotación externa, cuando la cabeza humeral se encuentra en contacto íntimo con la cara inferior de la cápsula articular. Un ejemplo común es una caída en la cual apoyamos la mano en el suelo, con el brazo separado y estirado.
3. Por desgaste
Ocurre rara vez, pero es posible que un movimiento repetitivo y frecuente, desencadene una luxación por debilitamiento de la zona, aunque se considera más un factor de riesgo que una causa.
La luxación de hombro suele presentar los siguientes síntomas:
Dolor de alta intensidad instantáneo al producirse la lesión. El carácter agudo de este dolor, impide todo movimiento de la articulación y, se ve atenuado únicamente al sujetar el brazo en una posición en la cual la zona del hombro no se vea sometida a cargas, esto es, que el peso de la extremidad no solicite esfuerzos de la articulación.
El aspecto del hombro varía, perdiendo su continuidad habitual, pasando a presentar una discontinuidad en la zona. Si la luxación es posterior, los cambios son menos patentes e incluso puede pasar desapercibida a simple vista.
En caso de existir asociada una lesión nerviosa, aparecerán una serie de hormigueos, pérdida de fuerza e incluso una afección en la sensibilidad de la piel característicos de este tipo de daños.
Para tratar esta lesión en la fase aguda seria aplicar hielo en la zona para evitar que esta comience a inflamarse y así dificultar su manipulación osteopática. Tras este paso procederemos a comprobar la movilidad del hombro y aspecto visual para reconocer en que situación está la cabeza del húmero respecto del hombro.
Una vez realizados estos pasos procederemos a la manipulación osteopática siempre a cargo de un profesional (medico,ostopata,…) ya que dependiendo de la luxación la maniobra cambia para poder reducir la luxación.
Después procederemos a realizar un vendaje funcional del hombro y aplicaríamos hielo en la zona para la inflamación, otra buena opción sería aplicar antes del vendaje una crema antiinflamatoria. Para completar el tratamiento es aconsejable realizar un tratamiento de auriculoterapia para calmar el dolor y ayudar a la recuperación de la lesión.
En caso de no tener claro la situación de la luxación es preferible acudir al hospital donde podrán hacer una radiografia y así comprobar el estado de la lesión y poder reducirla.
Una vez pasada la fase aguda de la lesión podremos trabajarla mediante masaje en la zona ya que debido a ésta nos encontraremos con toda la musculatura de la zona contracturada.